"Cuando Amaia
Salazar tenía doce años estuvo perdida en el bosque durante dieciséis
horas. Era de madrugada cuando la encontraron a treinta kilómetros al
norte del lugar donde se había despistado de la senda. Desvanecida bajo
la intensa lluvia, la ropa ennegrecida y chamuscada como la de una bruja
medieval rescatada de una hoguera, y, en contraste, la piel blanca,
limpia y helada como si acabase de surgir del hielo.”
En agosto de 2005, mucho antes de los crímenes que conmocionaron el
valle del Baztán, una joven Amaia Salazar de veinticinco años,
subinspectora de la Policía Foral, participa en un curso de intercambio
para policías de la Europol en la Academia del FBI, en Estados Unidos,
que imparte Aloisius Dupree, el jefe de la unidad de investigación. Una
de las pruebas consiste en estudiar un caso real de un asesino en serie a
quien llaman «el compositor», que siempre actúa durante grandes
desastres naturales atacando a familias enteras y siguiendo una puesta
en escena casi litúrgica. Amaia se convertirá inesperadamente en parte
del equipo de la investigación que les llevará hasta Nueva Orleans, en
vísperas del peor huracán de su historia, para intentar adelantarse al
asesino...
Pero una llamada de su tía Engrasi desde Elizondo despertará en Amaia
fantasmas de su infancia, enfrentándola de nuevo al miedo y a los
recuerdos que la dotan de un extraordinario conocimiento de la cara
norte del corazón.
Una novela trepidante que emociona y quita el aliento.