M.A.R. Editor ha presentado en
“La última noche con Edu” trata de un grupo de periodistas del corazón, dispuestos a todo por dinero, sexo, alcohol y drogas, entre los cuales destaca Ramos, un escritor fracasado y alcohólico; su mundo es la extorsión, el cotilleo, remover la basura moral. Pero en una noche de amigotes, en la que las copas fluyen desorbitadas, unas chicas se muestran receptivas, hasta que alguien les pondrá burundanga en las copas y lo que pensaban que estaba siendo una noche de orgía acaba convirtiéndose en una noche criminal, con vídeos incriminatorios y la perspectiva de varias décadas de cárcel por delante.
Enrique Pérez Balsa explicó que estaba basada en hechos reales: “La última noche con Edu surge de una noche en la que íbamos con una amiga a la que le pusieron burundanga en la copa. De repente dejó de ser dueña de sí misma, se separó del grupo, o la separaron, y cuando la vimos salimos corriendo a por ella. Tuvimos que rescatarla y llevárnosla. No sabía lo que había pasado, no recordaba nada”.
Paco Gómez Escribano aseguró “Recomiendo encarecidamente La última noche con Edu. Es una pasada. Mezcla justa de novela negra y realismo sucio. Personajes bien definidos y por momentos muy loca. Un flipe”.
Ignacio del Valle afirmó que “Enrique Pérez Balsa corta las frases y las ideas no con bisturí, sino con hacha; desnuda con maestría nuestra época, sin concesiones a los bienpensantes. Se podría decir que tiene influencias de Bukowski o de Tom Sharpe, pero también de Alan Parks. Destroza a esa fauna de la prensa del corazón, pero también la cara sonriente de nuestra época”.
Enrique Pérez Balsa concluyó: “Vivimos una época de apariencias, la sociedad del espectáculo, pero no es de ahora, hace tiempo, y la prensa del corazón es un gran exponente, porque muestra un espejo gigante en el que todos creemos vernos reproducidos pero es falso; no es oro, es oropel, no viven vidas brillantes, sino que se enfangan en todos los vicios que dicen criticar. La prensa rosa nos adormece porque nos hace pensar que los famosos tienen sus problemas, como nosotros, pero son otro mundo aparte”.