P.- ¿Sombras en
la meta es una novela negra, policíaca, detectivesca?
R.-Una novela
policíaca, rozando lo detectivesca porque hay investigación policial. Los
investigadores tienen que resolver un enigma, tirando de los hilos uno tras
otro para llegar a entender el misterio de la desaparición del corredor.
P.- ¿Cómo surge la idea de que la novela
tenga como punto de referencia una carrera como la Blue Trail?
R.-Simplemente
porque conozco la Bluetrail desde dentro al haber participado en varios
ocasiones. Es un ambiente que no puede captar el espectador. Hay que estar ahí
dentro para sentirlo. He querido transmitir esas sensaciones. Pero Sombras en
la meta no es una novela sobre la Bluetrail. La carrera es el marco
en el cual está instalada la trama. La investigación empieza ahí y sigue en
otros mundos corruptos.
P.- Tu primera novela trata sobre de
quienes mueren intentando llegar a Europa, la segunda de las tramas ocultas del
boom inmobiliario canario ¿y la tercera, qué tiene detrás?
R.-Trata sobre
el mundo de un deporte de masa. ¿Por qué tanta gente corre de repente? Una
pasión que une a gente muy distinta, con vida y pasado desconocido, todos
juntos en la salida, pero no necesariamente iguales en la vida. Pero además en
la novela vuelve el pasado, hechos delictivos de otras épocas, todo regresa
como un boomerang. Nadie escapa a su pasado.
P.- ¿Es mucha la dificultad para un autor
francés escribir una novela en español?
R.- No, el
español es el idioma que he usado en el día a día durante los casi cuarenta
últimos años. En ese momento estoy traduciendo Sombras en
la meta al francés y me doy cuenta que me cuesta a veces encontrar
las expresiones adecuadas. Durante los últimos meses he estado leyendo
exclusivamente en francés para contrarrestar ese problema. Aunque acabo de
terminar uno en ingles Never let me go
de Ishiguro. Volveré al francés después de leer algunas interesantes novelas
que he descubierto en Tenerife Noir. Pero para escribir seguiré en español.
P.- ¿Qué papel puede tener un festival como
Tenerife Noir para internacionalizar tu novela?
R.- Sin lugar a
dudas. Quienes conocemos el mundo literario, al nivel que a cada uno nos
corresponde, vamos descubriendo día a día que las presentaciones de libros
individuales no son suficientes, que cada vez acude menos público a las mismas.
Los festivales como éste unen a autores, editoriales, público y prensa en un
mismo lugar, para hablar de un tema común, lo cual enriquece a todas las partes
participantes. Y acercar lo que se escribe aquí y allí, alrededor de un idioma
común, enriquece mucho más, nos da a conocer nuevas facetas, como las caras de
un diamante, que debes estar cerca de él para apreciar toda la belleza de sus
miles de tonalidades.
P.- ¿La Tenerife de tu novela es un lugar
paradisíaco o hay algún aroma hispanoamericano que puede venir a calmar la paz?
R.-En el caso de
la novela si hay ese ambiente, esa historia de delincuencia lejana. Pero eso no
impide que Tenerife siga siendo un lugar paradisiaco, quizás no tanto como lo
fue, pero si uno mira como está el mundo en general, uno se queda con Tenerife.
R.- La violencia
que hay en esa novela es violencia práctica, no gratuita. La violencia práctica
es la que se usa solamente para resolver o eliminar un problema cuando no hay
otra opción. No me gusta recrearme en añadir carnicería o sadismo para hacer
más negro.
P.- ¿Después de varias décadas viviendo en
Tenerife uno es más francés o español?
R.- Creo que a
este punto de mi vida soy más español al haber vivido más años aquí que en
Francia. Suelo decir que soy francés pero no practicante. A pesar de todo, mis
raíces profundas y mi educación siguen ahí… en el fondo. No me disgusta tener
un poco de los dos.