05 marzo, 2018

En “Aurora en la oscuridad” me interesaba ver las tropelías que perpetran ciertos seres humanos desde las entrañas de una mujer, conocer la violencia contra el más débil (Salvador Robles Miras)


P.- Tras la trilogía negra que culmina en El delantero centro se niega a jugar ¿Aurora en la oscuridad en qué cambia con respecto a sus antecedentes?
R.- Cambia el protagonista, ahora una mujer de raza, la subinspectora Cecilia Fresnedo, quien se complementaba perfectamente con Telmo, pero cuya personalidad se sitúa en las antípodas de éste. Ella no hace gala de la diplomacia de Telmo Corrales, todo lo contrario; si ha de ser descarada, lo es, no se corta un pelo. Me interesaba mucho “ver” las tropelías que perpetran ciertos seres humanos desde las entrañas de una mujer. Asimismo, “Aurora en la oscuridad”, es una novela más “negra” que las anteriores.

P.- ¿Sigues mostrando en tu obra la preocupación sobre la violencia contra las mujeres?
R.- Los personajes “malvados”, los cobardes, se ensañan con los más débiles, y, físicamente, la mujer es más débil que el hombre. Pienso que el escritor debe alinearse siempre con los que sufren. Al hacer sufrir a los débiles en una novela, en realidad los estás haciendo fuertes en la vida real, a través de la empatía del lector.

P.- En tus novelas intuíamos siempre Bilbao como escenario y había amigos protagonistas. ¿Esto cambia en la actual?
R.- No. Se desarrolla en Metrópoli, una ciudad imaginaria que, en efecto, en algunos escenarios puede identificarse con Bilbao. En esta novela también figuran dos buenos amigos míos, convertidos para la ocasión en personajes reales: Miguel Ramón, profesor de Matemáticas, un pedazo de pan en la vida real; y la escritora Mariaje López, una excelente amiga.

P.- Fuiste ganador del  Premio Wilkie Collins de Novela Negra, tu novela se presenta una vez más en Tenerife Noir, participas habitualmente en la Semana Negra de Gijón? Hace 5 años hubieras imaginado un futuro tan “negro”?
R.-No. Entré en la “novela negra” de casualidad. A mí me apasiona el aprendizaje, y, dentro del aprendizaje, lo que más me “pone” es la naturaleza humana. Y, dentro de la naturaleza humana, desde el punto de vista literario, resulta apasionante el misterio del mal. El crimen, para mí, es un pretexto para bucear en los entresijos del hombre (y la mujer).

P.- Tenerife Noir se presenta como Festival Atlántico. ¿Crees que la unión de autores y mercados de un lado y otro de América es vital para la buena salud de la industria cultural y del idioma español?
R.- Por supuesto. Los escritores nos alimentamos unos de otros, cuanta más diversa sea la visión de la vida, más nos enriquecemos los escritores, los lectores y los Festivales de Literatura.

P.- Aunque triunfas con la novela negra tú eres un muy destacado autor de relato y microrrelato. ¿Lo has abandonado por el crimen?
R.- No. Escribo a menudo microcuentos y cuentos. En los últimos meses, habré escrito varios centenares. Estoy preparando otro libro de narrativa, “La vida de las palabras”, que espero que vea la luz a partir de octubre.

P.-Aunque vives en Bilbao nacieste en Águilas, provincia de Murcia, lugar que da muchos escritores.
R.- Lo atribuyo sobre todo al mestizaje cultural, hay personas de muchas nacionalidades. La mezcla siempre enriquece. Esto obliga al nativo a cultivar la tolerancia. Además, es una región luminosa y la gente pasa muchas horas en la calle, interaccionando con el otro. Hay que sentarse para escribir, sí, pero sin olvidarse de levantarse y vivir.