Pregunta.-En esta novela, volvemos a ver en acción al inspector Leo
Vélez. ¿Se trata de la segunda parte de La absurda existencia de Dalila
Conde?
Respuesta.- Es el segundo caso del inspector Leo Vélez. Es una trama diferente
en la que repiten algunos de los personajes de la primera novela, pero en la
que encontramos otros nuevos. No es una segunda parte propiamente dicha, se
puede leer y comprender sin haber leído La absurda existencia de Dalila Conde.
Aunque, la verdad, se entiende mejor leyendo la primera, sobre todo a nivel de
relaciones y de las motivaciones de ciertos personajes. Pero son independientes.
P.- Vuelves a tratar el tema del bombardeo
del Mercado Central de Alicante, tal y como hiciste en tu obra teatral Pasajes
a Orán.
R.- En realidad, es como una ampliación de Pasajes a Orán. He estudiado
bastante el tema del bombardeo del Mercado Central de Alicante durante
P.- ¿Encontramos en esta novela denuncia
social tal y como viene siendo habitual en tu literatura?
R.-Por supuesto. La literatura es mi forma de expresión, y a través de ella,
muestro o denuncio aquello que me inquieta. En La niña del mercado hablamos
de la guerra, de sus víctimas injustas, de cómo sesga sueños y vidas de
inocentes, de sus sinsentidos. Hablamos de homofobia y de machismo. Hablamos de
problemas mentales. Son temas que nunca olvido, que no dejo de lado, porque
contarlos me motiva a seguir adelante.
P.-La niña del mercado es tu segunda
novela. ¿Vas a seguir con la narrativa, o volverás al teatro?
R.- En realidad, tengo intención de seguir explorando ambos terrenos. Siempre
he dicho que el teatro es mi voz, es mi lenguaje. No concibo tenerlo lejos. Y
aunque he experimentado un parón en mi parte de dramaturga, jamás de dejado de
pensarlo, de tenerlo presente. De hecho, he estado trabajando en esa dirección,
y pronto podremos hablar de novedades. En cuanto a la novela, siempre tuve
miedo de no ser capaz de escribir una completa. ¿Cómo llenar tantas páginas? Me
parecía un imposible, hasta que rompí el miedo y me lancé. Ahora, tengo que
controlarme para no crear novelas kilométricas. Me siento muy cómoda en la
narrativa, y quiero seguir compaginándola con la dramaturgia.
P.-Háblanos del protagonista, de Leo
Vélez.
R.- Es un personaje complejo, al que adoro, pero que me agota mucho. Por eso
necesito distanciarme de él, para retomarlo con ganas y con las pilas cargadas.
Al contrario de muchos personajes de novela negra a los que estamos
acostumbrados, la evolución de Leo es ascendente. No es un protagonista al que
los acontecimientos vayan hundiendo, sino que él, ya comienza hundido. Ha
vivido un infierno, ha estado en el fondo del pozo, así que solo le queda
ascender. Y lo hace. Es un viaje muy bonito el que vivimos a su lado, como
logra sanar mentalmente, como cae, se vuelve a levantar, y encuentra la fórmula
para reencontrarse consigo mismo. Además, también quiero señalar que siempre me
pareció muy importante que mi protagonista fuera una persona LGTBI+, crear, no digo
un referente, porque esa palabra me parece muy grande, pero sí un refuerzo
positivo, ya que, en la novela negra, este tipo de personajes suelen ser
secundarios, maltratados o, directamente, inexistentes.
P.-¿Volveremos a ver al inspector
Leonardo Vélez en futuras novelas?
R.-Por supuesto. Su historia está planteada como una trilogía, así que todavía
queda un caso más para seguir disfrutando de él. Además, también tengo en mente
algo más allá de sus novelas principales. Con el tiempo, me he acabado enamorando
de Leo, y me va a costar desprenderme de él.